Rotura Fibrilar
El músculo esquelético es un tejido especializado en facilitar el movimiento mediante la contracción de sus fibras. Todos los músculos trabajan de forma coordinada y continuada. El músculo se desarrolla en respuesta al entrenamiento y se atrofia cuando existe excesivo reposo o es inmovilizado.
Las lesiones musculares son las más frecuentes en el deporte y aunque no son graves porque no suelen dejar secuelas casi nunca, deben estudiarse y tratarse con seriedad si no se quiere tener recaídas frecuentes que pueden comprometer las competiciones planificadas y desesperar al paciente que las sufre.
La historia de dolor brusco (tirón) e impotencia para continuar con el ejercicio es diagnóstico de rotura muscular. No siempre existe hematoma evidente en la piel, y si aparece suele ser pasadas varias horas o algunos días. Cuando los síntomas son más leves, como dolor sin tanta limitación, el diagnóstico más frecuente es el de contractura muscular. Ésta es menos grave pero en algunos zonas como el cuello pueden ser crónicas.
Aumento de señal en la resonancia que demuestra la rotura del recto anterior en un corte axial del muslo
La rotura muscular es común en gestos explosivos, velocidad y cambios de ritmo. Los músculos más frecuentemente lesionados son el gemelo y sóleo, los Isquiotibiales, el recto anterior del cuádriceps y el aductor largo. Pero las roturas musculares pueden verse en cualquier músculo del miembro inferior, en los abdominales o en la musculatura del brazo.
Imágenes de cortes axial y sagital de resonancia magnética de rotura del recto abdominal izquierdo
La rotura del gemelo es tan frecuente en deportes de raqueta que en literatura inglesa recibe el nombre de «Tennis Leg«. El Sóleo es castigado en los corredores de mediofondo y fondo, y los Isquiotibiales son más habitualmente dañados en velocidad y vallas. El recto anterior del cuádriceps se lesiona mucho en los jugadores de fútbol.
La clasificación de las roturas musculares es a veces difícil. Normalmente se habla de tres grados de menor a mayor gravedad. Las pruebas de imagen nos ayudan mucho para poder establecer el pronóstico. La ecografía es más económica y dinámica, pero es dependiente del experto en realizarla y su interpretación de lo que ve. La resonancia magnética permite ver el edema muscular producido por la lesión.
Imágenes de resonancia magnética de lesión grado I (leve) en unión miotendinosa del bíceps femoral derecho
De todas formas la exploración y los síntomas son los que guían al médico en la recuperación de la lesión. El reposo solamente es necesario en las primeras 48-72 horas. En ese periodo se pone frío y si es posible se venda la zona.
Actualmente realizamos punción y aspiración del hematoma de forma ecoguiada, para favorecer y acelerar la recuperación, siendo además muy útil para aliviar la tensión y el dolor en la zona.
En ocasiones podemos aspirar el hematoma provocado por la rotura muscular de forma ecoguiada, favoreciendo una mejor y más rápida recuperación de la lesión
Aspiración de hematoma en rotura de fibras del músculo tríceps sural
Posteriormente es mejor un movimiento controlado, no doloroso. Puede empezarse por ejercicios sin carga como la natación o la bicicleta lo antes posible.
La fisioterapia es muy importante para acelerar la recuperación. Se utilizan técnicas de drenaje, se aplican aparatos que faciliten la cicatrización, y posteriormente se va relajando la zona y se favorece la vuelta a la normalidad. En nuestra experiencia el uso de tecarterapia (aplicación de radiofrecuencia externa con tecnología Human Tecar) acelera y mejora la recuperación de estas lesiones.
Todo lo anterior es incompleto si no se hace un fortalecimiento progresivo posterior y previo al regreso a la actividad deportiva habitual. Este aspecto con frecuencia se olvida, y es la cusa fundamental de recidivas y recaídas.
Imagen de resonancia de rotura fibrilar del bíceps de femoral, observando el aumento de la intensidad de la señal en dicho área en este corte axial del muslo
Entre las complicaciones de las roturas musculares, además de las recaídas, podemos citar la formación de una cicatriz dolorosa, el encapsulamiento de un hematoma o su calcificación. En casos en los que se rompe la fascia o aponeurosis que envuelve el músculo puede producirse una hernia muscular, que en caso de ser dolorosa puede requerir tratamiento quirúrgico.
Debemos recalcar la importancia de la prevención que básicamente consiste en el trabajo de fortalecimiento muscular, el estiramiento posterior al esfuerzo, el descanso, el masaje, la correcta hidratación y alimentación, en definitiva todo lo que se ha venido a llamar el entrenamiento invisible.